Mantener la salud y el bienestar animal durante su ciclo de producción refleja una cadena de producción exitosa. En la cría de cerdos, se requiere una atención aún mayor a estos criterios durante la fase de maternidad de los lechones, cuya tasa de mortalidad dentro de los primeros 7 días de vida sigue siendo alta debido a los desafíos ambientales que enfrentan estos animales.
Dos enfermedades importantes que pueden afectar a los lechones en etapas tempranas de su vida son la anemia ferropénica, una condición inherente a los cerdos que debe combatirse con suplementos de hierro en las primeras horas después del nacimiento, y la coccidiosis, una enfermedad causada por el protozoo Cystoisospora suis, agente ampliamente diseminado en todas las granjas y que impacta activamente el desarrollo de los animales.
La coccidiosis es una enfermedad que sigue siendo endémica en granjas de todo el mundo, habiéndose realizado estudios recientes sobre la patología en España, Alemania, Austria y la República Checa. Asimismo, en Brasil alrededor del 82% de las granjas son positivas para la presencia de Cystoisospora suis en el rebaño, en Europa este número ronda el 70%. A pesar de tener una baja tasa de mortalidad, la coccidiosis provoca diarreas que provocan pérdida de rendimiento y, una vez introducida en la propiedad, es muy difícil eliminar completamente el agente.
Con impactos directos en la ganancia diaria de peso de los animales, tanto la coccidiosis como la anemia ferropénica están en el radar de los criadores de cerdos desde hace años, que buscan los mejores protocolos sanitarios para prevenir y reducir al máximo las posibles pérdidas derivadas de estas patologías. .
Las granjas implementaron prácticas en la maternidad como la aplicación de hierro dextrano y la administración de toltrazuril oral a los lechones en los primeros días de vida, con el objetivo de combatir la anemia y la coccidiosis respectivamente. Aun así, una investigación de campo realizada en Brasil en 2021 mostró que el 42% de los lechones estaban subanémicos y el 8% anémicos, y que, incluso con el uso regular de Toltrazuril, el 31% de las camadas dieron positivo a coccidiosis.
Las dosis insuficientes o incluso las pérdidas debidas a fallos en la administración oral de medicamentos a los lechones pueden ser responsables de las tasas aún muy elevadas de estas enfermedades. Además, el estrés que provoca a los animales al manipularlos para realizar estos procedimientos puede impactar la respuesta inmunológica y fisiológica en el combate de patologías.
El análisis de estos datos contribuyó a la búsqueda de soluciones más eficientes y prácticas, capaces de ayudar a los productores a lograr un mayor control sobre la anemia y los trastornos derivados de la coccidiosis, y que también actuarían positivamente sobre el bienestar de los lechones.
El criador de cerdos debe asegurarse de que tanto la suplementación con hierro como la administración de Toltrazuril se realicen con mucha precisión. Cuando empezamos a proporcionar estos dos fármacos en una única combinación inyectable con dosis fija, empezamos a garantizar un parto más seguro para el lechón, con menos estrés y una reducción considerable de infradosificaciones o fallos de administración. Esto se refleja muy rápidamente en el comportamiento de la camada, que llega con más peso al destete.
De hecho, todavía tenemos mucho que mejorar en los índices de salud de las granjas frente a estas enfermedades que tanto impactan en el inicio de la vida del cerdo. Para lograrlo, el actual protocolo de gestión de la maternidad necesita adoptar innovaciones que ayuden a mejorar el control epidemiológico y aumentar el estado de salud del rebaño. Esto es fundamental y se refleja en toda la cadena productiva.
Con impactos directos en el aumento de peso diario de los animales, tanto la coccidiosis como la anemia por deficiencia de hierro han estado en el radar de los criadores de cerdos durante años.
Por Felipe Betiolo, médico veterinario y responsable de los servicios veterinarios porcinos de Ceva Saúde Animal.
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