Casi el 40% de los cerdos que se faenan en la Patagonia argentina tienen un mismo origen productivo. Se trata de Cabaña Valle Azul, una empresa radicada en Río Negro que, tras quince años de desarrollo, se consolidó como una de las principales granjas porcinas de la región. Su crecimiento se apoya en una gestión enfocada en eficiencia y calidad, y en una alianza estratégica con Frigorífico del Valle Inferior (Fridevi), el mayor emprendimiento agroindustrial patagónico.
La firma alcanzó una escala de producción importante en el sur del país, con una oferta estable de carne porcina que contribuye a abastecer de manera continua un mercado que crece. Su objetivo declarado es mantener una calidad alta y uniforme, ser cada vez más eficientes y avanzar en la integración de toda la cadena, desde la producción de forraje y granos hasta la comercialización minorista.

Cabaña Valle Azul se prepara para atravesar una etapa de consolidación operativa, con el foco puesto en automatizar procesos productivos y fortalecer la incorporación de la agricultura al negocio para avanzar hacia la autosuficiencia en maíz. Es el paso previo a la expansión de un emprendimiento que ya ocupa a más de 50 personas en el Alto Valle del río Negro.
Granja de cerdos en Río Negro: cada vez más eficiente e integrada
Con más de 1.000 madres y una estructura de 45 trabajadores en granjas y 7 adicionales en el área agrícola, hoy la firma produce cerca de 3.970 kilos por hembra por año. En 2024, la producción alcanzó un total de 29.600 capones de 120 kilos promedio. Para dimensionar su escala: ello equivalió a casi el 40% del total de porcinos faenados en la Patagonia, según datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
En las primeras 30 semanas de 2025 ya se produjeron en Cabaña Valle Azul alrededor 17.000 animales terminados con el mismo peso medio que el año anteriior. La calidad del producto se apoya en la inversión constante en genética, con resultados homogéneos orientados a satisfacer la demanda regional.

El avance en la integración primaria se refleja en el arrendamiento de 450 hectáreas en Coronel Belisle, destinadas a la producción de maíz y alfalfa. El maíz, con rindes graníferos de 9.500 kilos por hectárea, se incorpora directamente a la formulación de alimentos balanceados utilizados en las etapas de recría y engorde. Con la alfalfa se consigue rendimientos de hasta 20.000 kilos de materia seca por hectárea y se genera recursos que contribuyen al financiamiento de la provisión de granos.
Además de la producción propia, el acopio es otra de las herramientas con que se busca reducir la exposición a la volatilidad del mercado y costos logísticos. Su infraestructura les permite sostener un stock de maíz equivalente a varios meses de consumo del ganado.
Si bien este modelo productivo posee un alto grado de tecnificación, actualmente Cabaña Valle Azul trabaja en la incorporación de tecnologías de medición y control de insumos, con el objetivo de optimizar el uso de alimento, reducir desperdicios y fortalecer las prácticas de limpieza y bioseguridad. Además, hay un programa de gestión ambiental que incluye tratamiento de efluentes mediante lombricultura y monitoreo permanente.
En paralelo a la producción porcina, la firma incursionó en la comercialización minorista con la compra de una carnicería en Villa Regina, primer paso hacia la integración directa con el consumidor final. Este desarrollo complementa la alianza con Fridevi, que distribuye la carne de Cabaña Valle Azul en toda la Patagonia.