China ha aprobado una sustancial rebaja de los aranceles que impone al cerdo europeo tras una larga investigación por ‘antidumping’ (medida de defensa comercial que contrarresta prácticas donde un exportador vende productos en el extranjero a precios inferiores a los de su mercado nacional). Las nuevas tasas, que entrarán en vigor mañana y se mantendrán durante cinco años, oscilan entre el 4,9% y el 19,8%, en contraste con las actuales, que varían entre el 15,6% y el 62,4%.
Las medidas proteccionistas llegan tras las acusaciones chinas del pasado año a los productores comunitarios de competencia desleal y de poner en peligro al gremio nacional. «En la actualidad, la industria doméstica sufre dificultades y existe la urgencia de protegerla”, han explicado desde el Ministerio de Comercio. La investigación, que se ha alargado durante 18 meses, ha sido defendida hoy por Pekín como “objetiva, justa e imparcial”. Ya en septiembre impuso aranceles provisionales que castigaron con especial virulencia a las empresas que rehusaron colaborar.
La fórmula ha sido repetida ahora. Compañías españolas que han cooperado con los investigadores chinos como El Pozo, Sánchez Romero Carvajal, Argal, Friselva o Campofrío han recibido aranceles del 9,8%. Las tasas finales desveladas hoy no han sorprendido a las fuentes oficiales del sector en China. “Son los números que se venían rumoreando durante las últimas semanas”, afirman a este diario. Sobre su prevista duración de cinco años, añaden, todo dependerá de la sintonía política entre Pekín y Bruselas.
España es el más afectado
La medida afecta al porcino en todas sus variantes, tanto al magro como a la casquería y la grasa, refrigerado y congelado. Queda al margen el jamón ibérico, la variante española más icónica, y los fiambres, desdeñados en China. España es el principal exportador europeo y el país más afectado. El pasado año vendió al gigante asiático unas 540.000 toneladas de porcino por un valor aproximado de 1.100 millones de euros, lo que supone una quinta parte de las exportaciones globales y el 12,5% del valor total, según la patronal Interporc. Gran parte del volumen son despojos como orejas, morros y patas, de difícil salida en el mercado global, pero muy apreciados por los chinos. Holanda, Dinamarca y Francia también son grandes proveedores de porcino a China pero en cantidades mucho menores.
El cerdo es capital en el recetario chino. Las exportaciones europeas al país asiático alcanzaron en 2020 la cima de 7.400 millones de euros coincidiendo con una epidemia que obligó a las autoridades a sacrificar buena parte de sus piaras. Superada la crisis, Pekín ha vuelto a incentivar la producción nacional y las ventas se han reducido paulatinamente.
Represalia por los coches eléctricos
La investigación al porcino es uno de los numerosos pleitos comerciales entre Pekín y Bruselas. En su génesis están los aranceles con los que la UE había gravado el verano pasado a los coches eléctricos chinos tras una campaña liderada por París y Madrid. La medida enfureció a China, que contraatacó poniendo la lupa sobre el porcino, los productos lácteos y el brandy.
Fuente: Laprovincia.es y EFE















