En Crespo, en la provincia de Entre Ríos, se realizó un encuentro convocado por la Bolsa de Comercio, la Unión Industrial (UIER), la Bolsa de Cereales, la Cámara de Comercio Exterior y el Consejo Empresario de Entre Ríos (CEER), quienes junto al gobierno de esa provincia trabajan en la búsqueda de una herramienta que permita potenciar la actividad económica, industrial y comercial de esa pujante región.
"Estamos terminando mejor un año muy malo, donde durante muchos meses los productores vendieron por debajo del costo, y esta mejoría es un poco producto de la estacionalidad que anualmente se produce en esta etapa del año, donde recién el precio del capón se aparea a los costos de producción. De todos modos, mucha gente perdió mucho dinero y otra se ha visto obligada a abandonar la actividad", señaló sin rodeos Juan Pablo Cerini, titular de la Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (Capper), quien a su vez integra la nueva comisión de la Asociación Argentina de Productores Porcinos, en una nota a Paralelo 32 y Actividad Productiva, del portal paralelo32.com.ar.
Cerini sindicó a la sequía y a la devaluación como las principales causas de esta crítica situación en la que se desenvuelve el sector, principalmente sus productores de menor porte. A esto, se le suma un consumo interno muy deprimido, en un contexto de ingresos decrecientes en una demanda que el sector fue capaz de construir en los últimos años.
A su turno, el presidente de la Cámara que agrupa a los frigoríficos entrerrianos Sebastián Bouzada apuntó a la devaluación del peso como un elemento de fuerte impacto negativo, que terminó erosionando la exigua rentabilidad de tenían las granjas dedicadas a la porcicultura. “Los porcicultores tienen entre un 70 y 80% de su estructura de costos dolarizada, y cuando el productor vende lo hace en pesos, con la asimetría que ello implica. Por ello, la demanda actual de los productores pasa por la previsibilidad en el negocio, de tal modo de poder planear el futuro”.
Bouzada es titular del Frigorífico Pondesur ubicado en la localidad de Seguí, y surgido de una alianza entre la firma San Fernando SA, del Grupo Bouzada, y las cooperativas San Martín, de Seguí, y Agropecuaria de Aranguren, inaugurado hace poco más de un año. Su apertura produjo un impacto alentador, para las decenas de productores de la región que planeaban abastecer al mercado interno. En este contexto, el joven empresario arrimó una preocupación: “Un impacto negativo vino de la mano de la importación de cortes congelados, muy a pesar de la apreciación del dólar, y esta es una realidad que no parece cambiar para el 2019”.
Juan Pablo Cerini advirtió que una buena parte de la solución de los problemas que tienen los productores de esa región tiene que ver con las políticas que se diseñen desde la Secretaría de Agroindustria. “Desde la Cámara reconocemos los beneficios de una variación del tipo de cambio competitivo pero este año hemos soportado una brusca devaluación que fue dañosa”, precisó Cerini, quien de todos modos avizora un consumo interno deprimido y puso en la próxima campaña gruesa la posibilidad de una tenue reversión de este panorama.
2019
Bouzada tiene la mirada puesta en el comportamiento de la producción y precios de los cortes vacunos, promovidos por un sesgo exportador muy marcado que muestra la actividad. “Conocemos muy bien que en nuestro país el precio de la carne de cerdo pivotea entre los precios de la carne vacuna y de pollo, y eso, en función de asistir demanda internacional nos abriría la posibilidad de posicionarnos como el principal relevo”, reflexionó el industrial. Respecto a esto,
Cerini trazó un escenario de cierto optimismo coincidiendo con Bouzada y redobló la apuesta al pensar al sector porcino como un segmento de producción muy competitivo en nuestro país y que también está en condiciones de embarcar cortes a diferentes destinos.
Los dos emprendedores acuerdan que la cultura productiva entrerriana, quizás devenida de una fuerte tradición avícola los hace propietarios de un know how competitivo, sumado al espíritu dinámico que han demostrado los productores al incorporar tecnología y escala, puntales de una provincia que está situada como la cuarta en producción porcina, con firmes perspectivas de crecer en los próximos años.
Juan Pablo Cerini defendió la eficiencia de los productores argentinos y puso cierta limitación a un mayor crecimiento del sector a su escala, muy pequeña en comparación a otras estructuras productivas como las del vecino Brasil o Chile, como ejemplos a seguir. Y remarcó “que el camino del asociativismo es una fórmula que deben abrazar productores de 10, 100 o 10 mil madres”.
Un elemento adicional pero fuertemente relacionado lo constituye el contexto electoral y el modo como se dispongan las piezas políticas en este escenario. En ese sentido, el gobernador Gustavo Bordet se ha mostrado con disposición al diálogo para buscar soluciones a políticas emanadas de Casa Rosada, aunque ese afán hayan encontrado solo un cri-cri desde el otro lado de la línea. En este sentido, las políticas de retenciones, el desbalance impositivo entre IVA compras y ventas, la apertura al ingreso de cortes congelados en clara competencia desleal, la sensible reducción del ingreso de los consumidores locales, y las tasas de financiamiento para pymes que orillan el 65% parecen clausurar todo diálogo, amén de las buenas intenciones que muestren los actores.
Osvaldo iachetta
Editor de Todocerdos