En un sector en crecimiento, con genéticas cada vez más prolíficas, en el que la sanidad es primordial para garantizar el futuro… existen importantes diferencias entre explotaciones. La productividad y los costes son dos factores básicos para valorar si una explotación está haciendo las cosas bien. Pero ¿cuáles son las claves para estar entre las mejores? En este ‘Informativo Porcino’ hablamos con Joan Wennberg, asesor veterinario, para conocer las 6 claves para ser una granja modelo.
Como nos asegura Joan, “no hay un único dato que determine si una explotación está entre las mejores, si no que son varios, como el número de lechones nacidos, las cifras totales de producción, los costes de la explotación, los beneficios…. No hay un único patrón. Sin embargo, para situarse entre las mejores granjas, evidentemente, la producción de una explotación debe ser alta (dentro de las posibilidades de cada genética) y los costes bajos (por debajo de la media)”. A partir de su experiencia, Joan enumera los 6 factores clave que cumplen las mejores granjas:
1. PERSONAL
“Tener un personal formado y motivado es imprescindible para llegar a ser una granja de alta producción”, asegura Joan, que concluye: “Una granja son las personas que trabajan en ella”. En este sentido, Joan indica que, por una parte, el personal debe contar con una formación previa, teórica o teórico-práctica, para tener unos conocimientos sobre los animales, conceptos básicos de manejo, etcétera, y luego, desde la misma explotación, se debe proporcionar a los empleados una formación específica sobre el funcionamiento de la granja y el trabajo a desarrollar.
Por otra parte, al frente del personal tenemos el encargado, una figura básica, especialmente en un momento como el actual, con granjas cada vez más grandes. “El encargado es el responsable de asignar los trabajos, de organizar la tareas, motivar a los empleados, supervisar su trabajo…”, enumera Joan. Además, es una figura bidireccional, que ejerce de enlace entre el propietario de la granja y los trabajadores, y entre los técnicos que visitan la explotación y los trabajadores. El encargado está en el centro, y debe organizar el día a día de la explotación.
2. ORGANIZACIÓN
“Nos referimos a la organización del trabajo en la granja, que se trabaje de forma ordenada y eficiente, que se tengan claras las prioridades pero que, a la vez, haya tiempo de atender a los detalles”, explica Joan. Para comprenderlo mejor, según Joan, “podemos determinar si una granja está bien organizada si, en las distintas tareas, el encargado y el personal pueden responder a tres preguntas: ¿quién?, ¿cómo? y ¿cuándo?”.
El cómo se refiere a la forma en que se hacen las cosas en una explotación, el quién a la persona o personas responsables de realizar cada trabajo, y el cuándo al momento y a la periodicidad de las tareas.
Todo debe estar bien definido. “Una granja organizada es aquella en que, si el encargado falta tres días, no pasa nada”, asegura Joan.
3. MANEJO
Depende directamente de los dos factores anteriores. Si tenemos un personal formado y motivado, y la granja está organizada, seguramente el manejo será correcto.
“Aunque cualquier práctica de manejo que se realiza en las distintas áreas de la granja es importante, mi experiencia me indica que, en la actualidad, existen algunas fases del proceso de producción en las que se determinan las diferencias entre las granjas de alta producción y las que no lo son”, explica Joan.
Es el caso, por ejemplo, de la preparación para la primera cubrición, punto en el cual, según Joan, el éxito radica en algunas prácticas muy aconsejables, como realizar correctamente una adaptación sanitaria para evitar la entrada de cualquier problema a la explotación, adaptar la cerda a la sanidad de la granja, controlar un celo previo antes de la inseminación, establecer un período de 15 días de adaptación a las jaulas donde se realiza la inseminación y realizar una sobrealimentación (flushing) adecuada de las futuras reproductoras para conseguir una mejor ovulación.
En el caso de maternidad, hay muchas diferencias de manejo, especialmente en explotaciones que trabajan con genéticas de alta prolificidad, pero hay tres factores que deben cumplirse: partos asistidos de manera correcta, con control regular cada 30 minutos, control exquisito del ambiente (temperatura) donde se encuentran los lechones durante las primeras 48 horas de vida, y asegurar que todos toman calostro, con especial atención a aquellos lechones con dificultades.
4. SANIDAD
“La sanidad es fundamental. Si trabajas bien y la gente está formada, pero tienes brotes de enfermedades muy a menudo, nunca serás una granja de alta producción”, alerta Joan.
Para alcanzar un buen estatus sanitario es imprescindible proteger la explotación, y ello se consigue invirtiendo en bioseguridad externa, para evitar el contagio de enfermedades del exterior, y en bioseguridad interna, para que las enfermedades que ya tienes controladas te hagan el menor daño posible. En bioseguridad es muy importante la formación del personal, que éste comprenda el porqué de las medidas adoptadas y su importancia, para así conseguir que éstas se cumplan y se mantengan en el tiempo.
Por otra parte, si una granja empieza de cero, es importante invertir en comprar animales sanos, libres del máximo de enfermedades posibles.
En maternidad es importante realizar un control exquisito del ambiente donde se encuentran los lechones. Foto: RotecnaPress.
5. ALIMENTACIÓN
“La clave de la alimentación, más allá de las formulas de nutrición de los piensos que ya vienen correctas de fábrica, radica en que el alimento se suministre de forma adecuada, según las necesidades de los animales en cada fase”, afirma Joan. De esta forma, en alimentación hablaríamos de dos aspectos: el nutricional, que cumplen las fábricas de pienso, y la alimentación práctica, que entra dentro del manejo de la explotación, que consiste en cómo se da de comer a los animales para que tengan una condición corporal correcta.
En este sentido, Joan señala la importancia de mantener una buena condición corporal de las cerdas en momentos como en la salida de maternidad, que nos informa de si hemos alimentado bien a la cerda durante el primer mes de gestación, que nos dirá si hemos recuperado las cerdas y si hemos aprovechado este periodo para igualar su estado corporal, y en la entrada de sala de partos, aspecto clave para conseguir un buen parto y lactación. “La alimentación en maternidad es un arte”, asegura Joan, aunque todas las técnicas persiguen un mismo objetivo: aumentar poco a poco la ingesta de pienso de las cerdas, identificando a las que pueden comer y las que no, y estimular el consumo de agua, con el objetivo de conseguir consumos de 8-10 kilos de pienso en la segunda mitad del periodo de lactación.
6. INSTALACIONES
El concepto de instalaciones es muy amplio, por ello, en términos generales, Joan concentra su visión en tres ámbitos; la existencia de una nave de cuarentenas adecuada, las condiciones en maternidad y el control ambiental. “Son los puntos en los que creo que se falla mucho y hay más diferencias entre granjas. Además, son aspectos que, en las mejores granjas, se tienen muy en cuenta y se trabajan bien”, explica.
Así, en la cuarentena, dada su relación directa con la sanidad de la explotación, una granja no puede ser sana ni de alta producción si no trabaja correctamente la reposición. “El mayor punto de entrada de enfermedades a la granja son las reproductoras, por ello es importante comprar animales sanos, cumplir con los periodos de cuarentena e invertir en una adaptación de las futuras reproductoras”, enumera Joan. En cuarentena también se recomienda tener esta nave los más lejos posible de la explotación y, sobre todo, disponer de espacio suficiente para tener al menos 2 meses de cuarentena-adaptación.
En maternidad, las genéticas modernas requieren un mínimo de espacio e instalaciones, y una cierta capacidad de manejo para poder destetar a muchos lechones y reducir el riesgo de aplastamiento. Plazas de maternidad estrechas (de una anchura inferior a los 1,80 m), placas térmicas pequeñas, ausencia de jaulas con sistemas antiaplastamiento… son factores claramente limitantes.
Finalmente, en cuanto al control ambiental, es imprescindible disponer de las instalaciones y los equipos necesarios para hacer frente a unos meses de verano cada vez más largos y calurosos. “Sin sistemas de ventilación y refrigeración adecuados en gestación y maternidad, tres meses de verano pueden hundir muchos meses de trabajo”, asegura Joan.
En conclusión, según Joan, los productores disponen de todas las herramientas y conocimientos necesarios para estar entre las mejores granjas: “Todo lo que exponemos son prácticas conocidas por todos. El secreto de las mejores granjas no reside en que saben más, sino en que trabajan mejor y en cómo cada ganadero supera las limitaciones de su granja”.
Edición Todocerdos